En lo que se refiere a generación de energía los resultados de la hidroeléctrica no quedan disminuidos. Itaipú tiene capacidad instalada de 12.600 megawatts, potencia dividida en 18 unidades generadoras.
En el momento en que celebra 30 años de la firma del tratado que la originó, Itaipú trabaja en la instalación de dos nuevas turbinas que, sumándose a las 18 actuales, van a ampliar la potencia instalada de la represa a 14 millones de kilowatts, lo que ayudará a Brasil a apartar, en los próximos años, cualquier amenaza de un nuevo apagón.
El lago que alimenta la represa ya tiene 170 kilómetros de extensión y 29 billones de metros cúbicos de agua, grandiosidad planeada por los militares que resultó en la inundación de tierras y aniquiló una maravilla natural, el Salto de las Siete Caídas, de Guaíra.
En compensación los visitantes de Foz ganaron una atracción imperdible. Conocer Itaipú es descubrir una epopeya que reunió, en el auge de su construcción, más de 40 mil personas trabajando día y noche para domar las aguas revueltas del río Paraná.
Además, en la tierra de las Cataratas, las aguas son protagonistas de otro espectáculo al interior de la represa. Cuando la compuerta de Itaipú se abre, su flujo es 40 veces superior al volumen de agua lanzado por las Cataratas del río Iguazú.
Visitar Itaipú es también un testimonio de la capacidad del ser humano para alcanzar lo imposible. Obra sin paralelo en la ingeniería mundial, la hidroeléctrica que comenzó a ser construida en 1975 puede ser contemplada como un monumento al talento creativo de la humanidad en el siglo XX.
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